Rutas a caballo en la Sierra de Grazalema
Qué hacer en Grazalema
Rutas a caballo en la Sierra de Grazalema
El turismo ecuestre se define como la realización de actividades ecuestres en el medio natural, principalmente marchas por itinerarios señalizados. También puede incluir otras propuestas relacionadas con el mundo del caballo pero las más atractivas son, sin duda, las rutas que se adentran en plena naturaleza. Está muy relacionado con la expansión del turismo rural y muchos de los alojamientos englobados bajo esa categoría ofrecen la posibilidad de realizar actividades a caballo. Pero, ¿todo el mundo puede llevarlo a cabo?, ¿exige condiciones especiales o particulares?, ¿dónde encontrar información al respecto?
Consejos prácticos
Como en cualquier deporte de aventura, la seguridad es el factor más importante en el turismo ecuestre. Aquí, además, hay que tener en cuenta que estamos con un ser vivo, un animal, domesticado, por supuesto, pero que también tiene su propio carácter. Es decir, no es como si fuéramos montados en una bici o una moto. Generalmente los caballos destinados a este tipo de turismo son muy dóciles y están muy bien preparados y enseñados, por lo que no hay que temer nada, pero hay que ser muy precavidos. Las marchas, además, suelen ser al paso o al trote, con lo que no es necesario tener una gran preparación o conocimientos previos. Lo más importante es elegir una empresa con monitores profesionales, que nos guiarán y nos mostrarán las enseñanzas básicas y necesarias a la hora de montar a caballo, y seguir siempre sus instrucciones. Así, esta modalidad turística puede ser practicada por niños y adultos, pues los itinerarios y programas están adaptados a todo tipo de público. Es importante tener equilibrio y coordinación, sobre todo si vamos a realizar alguna actividad más dinámica. Y recordar que la primera vez que montemos, es conveniente que lo hagamos en un caballo tranquilo, que no se asuste de los extraños.
Las empresas que se dedican a ello suministran el equipo necesario para montar, como las sillas, riendas y estribos. Los cascos también suelen prestarlos. En cuanto al tipo de ropa o de indumentaria requerida, es conveniente llevar unos pantalones que se ajusten lo más posible a la pierna, pero sin apretar demasiado. Los vaqueros no resultan muy cómodos tras varias horas cabalgando. Se debe usar botas o zapatos con buena suela y un poco de tacón para impedir que el pie se meta en el estribo. Es importante llevar ropa que cubra los brazos y las piernas para una mayor protección y, aunque sólo vayamos a realizar una salida tranquila, podemos utilizar también los guantes que usan casi todos los jinetes, destinados a evitar lastimarse los dedos con el roce de las riendas.